Septiembre sin drama: cómo volver al trabajo y no morir en el intento

Publicada el 26 de septiembre de 2025. Fuente:

El final del verano tiene mala fama: días más cortos, rutina que acecha y esa temida frase que resuena en tu cabeza: “se acabó lo bueno”. Pero septiembre no tiene por qué ser el villano de tu calendario. Si lo miras bien, es como un “mini Año Nuevo”: una oportunidad para reiniciar, cambiar el chip y volver al trabajo con más frescura de la que imaginas.

Aquí van algunos consejos poco comunes (y muy efectivos) para que la vuelta sea más llevadera… incluso divertida.

1. Olvida el lunes

¿Quién dijo que tienes que volver un lunes? Si puedes, planifica tu regreso a media semana. Así tu “primera vuelta” dura solo un par de días y tienes un respiro antes de enfrentarte a una semana completa.

2. Cambia algo físico en tu espacio de trabajo

No subestimes el poder de lo visual. Un objeto nuevo en tu escritorio, una planta, una foto de tus vacaciones o incluso reorganizar la mesa pueden resetear tu mente y hacer que tu lugar de trabajo deje de ser “la jaula” y pase a ser un espacio tuyo.

3. Empieza con lo que más disfrutas (aunque no sea lo más urgente)

Sí, la productividad dice que ataques lo importante primero. Pero en septiembre, tu cerebro necesita cariño. Comienza el día con una tarea que te guste y que te dé energía para lo que viene después.

4. Programa mini-retos semanales

En vez de pensar en todo el año que tienes por delante, proponte pequeños desafíos de 5 días: aprender algo nuevo, cambiar un hábito, probar una nueva forma de trabajar… Las metas cortas motivan más y dan sensación de avance.

5. Usa la “técnica del recuerdo vacacional”

Mantén algo del verano en tu día a día: una canción que escuchaste en vacaciones, un aroma que te recuerde a las vacaciones, o llevar al trabajo un snack que te comías en la playa. Tu mente asocia sensaciones con emociones, y mantenerlas vivas suaviza la transición.

6. Queda con gente fuera del trabajo

No llenes tu septiembre solo con tareas laborales. Organiza planes sencillos entre semana: una cena con amigos, un paseo al atardecer, una clase nueva… Así el mes deja de ser una rutina monótona y vuelve a tener sabor.

7. Reescribe tu narrativa

No es “volver al trabajo”, es “retomar el control de mis proyectos”. Las palabras que usas para describir tu vuelta influyen más de lo que crees en cómo la sientes.


En resumen: septiembre no tiene por qué ser sinónimo de depresión postvacacional. Si lo encaras como un nuevo comienzo, introduces cambios pequeños y te das espacio para disfrutar, puede convertirse en uno de tus meses favoritos.

💡 Recuerda: no se trata de sobrevivir a septiembre, sino de aprovecharlo como un trampolín para lo que viene.


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