Barbara Oakley: "Aprender de adulta me dio más conexiones neuronales"

Publicada el 13 de octubre de 2017. Fuente: www.elmundo.es

ENTREVISTA

Profesora de la Universidad de Oackland

Barbara Oakley: "Aprender de adulta me dio más conexiones neuronales"

Entrevista publicada en www.elmundo.es


Barbara Oakley es profesora de una clase de dos millones de alumnos: ésas son las personas de todo el mundo que han hecho online el curso de Aprendiendo a aprender en Coursera, que esta profesora de ingeniería en la Universidad de Oackland, Rochester, codirige. Hace unos días, estuvo invitada por el Instituto de Empresa en Madrid, alojada en la Residencia de Estudiantes, ilusionada por estar en España, de donde es su admirado Ramón y Cajal. Con la experiencia de aprender matemáticas de adulta, escribió Abre tu mente a los números para animar a los que, como ella, se creían sólo de letras. Fue una niña que odió las ciencias y los números, vivió en 10 sitios distintos mientras estaba en el colegio y acabó en barcos en el Polo Norte cuando entró en el Ejército.

P: Si mira hacia atrás, lo que ha aprendido y conseguido, ¿ha sido más por el carácter o por la educación?

R: Aprender un nuevo lenguaje de adulta me ayudó a aprender otras cosas, como matemáticas. Reformó mi cerebro. Lo que aprendí de adulta me hizo más lista, me ayudó a tener más conexiones neuronales. Hace 100 años, el Nobel Ramón y Cajal sugirió que podemos esculpir nuestro cerebro y crear nuestro carácter. Y ahora mismo las investigaciones más avanzadas en neurociencia lo confirman.


P: ¿Cómo es la rutina de alguien que da clases, escribe libros y lleva adelante el curso online más popular de Coursera? ¿Será la concentración uno de los rasgos más valiosos del carácter?

R:En realidad, soy despistada a veces. Me distraigo fácilmente, que se lo digan a mi marido. Encuentro que ponerme un reloj Pomodoro online ayuda mucho a que no me distraiga. Te pones los 25 minutos del reloj y te olvidas de otras distracciones. Después de eso, te puedes relajar durante 10 minutos, hacer algo que te gusta. Eso, al final de cada sesión, es importante. Pensar en la recompensa ayuda a que el cerebro disfrute del proceso de concentrarse. La técnica del reloj Pomodoro ha sido clave para mi productividad.


P: ¿Cuántas de las historias de Mindshift son de alumnos de Aprendiendo a aprender?

R: Es un libro sobre cómo la gente ha cambiado su vida hasta llegar a ser algo que pensaron que nunca podrían. Y muchas de esas historias las encontré a través de Aprendiendo a aprender, que es el curso online más popular del mundo. Ahora tenemos ya dos millones de ex alumnos y es muy inspirador comprobar cómo gente ordinaria puede cambiar de carrera, de trabajo, hasta conseguir ser mucho más felices. Cambios que nunca soñaron que pudieran hacer.


P: Pero ahora veo el mundo como dividido entre los que piensan que aprender con juegos, trabajar en equipos y encontrar una pasión basta para una vida más feliz y gente como Angela Duckworth, que cree que una pasión, un talento sin trabajo duro no te lleva a ningún sitio... ¿Cómo ve esas guerras culturales y educativas?

R: Un equilibrio entre el trabajo concentrado y el juego es lo que convierte a alguien en un alumno creativo. Para aprender bien cualquier cosa, necesitas concentración y práctica, repetición y usar el material en contextos diferentes. Mientras más personas sean conscientes de lo que la neurociencia nos enseña sobre cómo aprender, veremos un enfoque nuevo entre la vieja escuela de la repetición y la práctica y los del juego más relajado. Hay programas de matemáticas excelentes, como Smartick, que ponen los cimientos que necesitan los niños para que sean buenos en matemáticas. Ojalá hubiera habido algo así cuando yo era una niña.


P: ¿Cuándo se dio cuenta de que tenía confianza con más de 20 años como para empezar de nuevo con las matemáticas?

R: Era malísima con ellas de pequeña, desde que en un cambio de colegio iban por delante de mí en las tablas de multiplicar. Por eso, con 18 años, decidí entrar en el Ejército y estudiar ruso. Cuando tenía 26 años, fuera ya del Ejército, me di cuenta de que no tenía habilidades como para encontrar trabajo y admiraba la capacidad de resolver problemas de los ingenieros que había conocido. Pensé que las matemáticas podrían relanzarme. Así que empecé con clases de refuerzo de matemáticas de Secundaria con 26 años. Despacito, y así seguí, pero al final llegué a ser profesora de ingeniería. Tardé como un año en darme cuenta de que podía resetear mi cerebro para aprender matemáticas.


P: ¿Está la gente mentalizada para aprender durante toda su vida?

R: Muchos se están empezando a dar cuenta de que una actitud de aprender durante toda la vida no sólo ayuda en sus carreras, sino que es más divertido.


P: La gente aprende todo tipo de cosas prácticas con tutoriales de Youtube y Coursera tiene éxito, pero parece difícil enganchar a los estudiantes online. ¿Cómo ve el futuro de la educación universitaria?

R: Las universidades a menudo se creen que sólo están compitiendo con otras universidades, así que se dedican a poner online el mismo material aburrido que ponen las demás. Pero las universidades están compitiendo con Youtube y muchas plataformas de aprendizaje no académicas. Se acabarán por dar cuenta. En el siglo XVI, hubo profesores horrorizados de cómo la imprenta extendía el uso de los libros. Acabaron viendo que los libros ayudaban en sus clases. Ahora mismo estamos igual con el aprendizaje online.


P: ¿Fue importante la disciplina del Ejército para aprender?

R: Me dio algo de disciplina pero, francamente, fueron las técnicas del Instituto del Lenguaje de la Defensa las que me enseñaron a aprender bien. Aprender ruso, luego matemáticas avanzadas de adulta y lo que he aprendido de neurociencia son los aspectos clave que me han ayudado a ver cómo se aprende con éxito.


P: ¿De qué irá su siguiente libro?

R: Se llama como el curso, Aprendiendo a aprender, y es para niños hasta 15 años y sus padres. Da muchas pistas y trucos para aprender mejor. Saldrá en agosto de 2018. Creo que es el libro que están esperando los padres para ayudar a sus hijos a tener éxito en los estudios.

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